CARRITOS
DE BALINERAS
DE BALINERAS
Como contábamos con poco tiempo volvimos a visitar el barrio el día viernes 12, este día buscábamos contactos, para llevar a cabo la actividad el día domingo 14, iniciamos entrando a una tienda, donde la señora de aquel lugar nos contaba orgullosa de sus nietos, pero también nos informo sonde podíamos contactar al presidente de la junta de acción comunal del barrio o en su defecto a las esposa, nos dirigimos al supermercado a donde nos habían dicho que estaría, encontramos a las esposa, ella nos dio los datos del Fiscal de la junta, el señor Hernando García y de la tesorera de la Junta , Priscila Milán Ortiz, así que nos contactamos con ellos y nos colaboraron haciendo una carta de aprobación y aceptación de la carrera de carritos de balineras el domingo, para poder presentar la carta a la Policía de Transito. Y así mismo el señor encargado del salón comunal (lugar donde se hizo la carta), nos contaba historias del barrio y también nos contaba sobre los VIKINGOS grupo encargado de las actividades del barrio, en especial del festival de la chicha y la carrera de carritos de balineras, grupo que había comenzado en los años 80, aproximadamente en el 86, y también habían dejado a un lado la organización de dicha actividad, pues hace dos años que no realizan la actividad en el barrio. Así que fuimos a hablar con el CAI móvil de la policía del lugar y no indico donde deberíamos Radicar la carta. Así que ese día comenzamos a realizar la publicidad del evento, volantes y carteles que serian puestos y entregados el día siguiente, el sábado, claro que desde ese día Priscila se había encargado de correr la voz de la actividad que se iba a llevar a cabo el Domingo.
El sábado se pegaron los volantes y también se radico la carta pidiendo el permiso para cerrar al día siguiente la calle 32 entre las carreras 4 y 2 , el tramite se llevo a cabo pero allí nos informaron que este proceso se debería hacer con 15 días de anticipación ya que también debe ir al Ministerio de Transito y Movilidad, así que por el momento no se tenia ningún permiso para cerrar la 32, nosotros estábamos decididos a llevar a cabo la actividad. Así que la actividad se seguía promocionando, simultáneamente se estaban comprando los materiales y hablando con gente que decía conocer el proceso de producción de los caritos de balineras así que se solicito la ayuda a un carpintero del barrio.
El domingo se terminaron de construir los carritos de balineras, y se anuncio que la carrera se realizaría ya en la 31 y no en la 32 porque no teníamos el permiso de cerrarla, tampoco para cerrar la 31, pero era menos transitada, los carritos se comenzaron a probar y se presentaron varias fallas, en el diseño, los materiales, etc.,
El domingo se terminaron de construir los carritos de balineras, y se anuncio que la carrera se realizaría ya en la 31 y no en la 32 porque no teníamos el permiso de cerrarla, tampoco para cerrar la 31, pero era menos transitada, los carritos se comenzaron a probar y se presentaron varias fallas, en el diseño, los materiales, etc.,
Así que los habitantes del lugar se comenzaron a interesar y comenzaron a participar en la reconstrucción del carrito, compartiendo anécdotas, y conocimiento acerca de los carritos y el contexto de cada situación que se había presentado en el barrio, la actividad no salió como esperábamos, pero si se logro lo que mas queríamos y era integrar a la comunidad con la actividad, y así mismo integrarnos a ellos, los niños disfrutaban subiéndose a los carritos, las personas se entusiasmaban con la construcción de los carritos.
De esta experiencia quedaron muchas experiencia que nos servirían para corregir el diseño de la actividad y del carrito.
Pudimos conocer a parte de la comunidad mas de cerca y sin poner un interrogatorio en primer plano, solo dejando que ellos se expresara, se interesara y participaron.
La percepción del barrio iba cambiando poco a poco, y se iba sintiendo la calidez de las personas de las que tanto habíamos escuchado pero no habíamos visto por nuestra forma distante de las primeras visitas al barrio, es cierto que es un barrio peligroso, como muchos barrios de Bogotá, pero también es un barrio como cualquier otro donde la gente disfruta y siente como cualquiera de nosotros, en esencia son gente colaboradora, entusiasta, y divertida.
Es interesante como la percepción del barrio se va transformando y se deja a un lado la percepción del barrio vista desde la arquitectura o el diseño únicamente sino, como la percepción de barrio comienza a construirla las historias individuales y colectivas de los habitantes, la historia, y el valor de la identidad cultural del barrio. Interesante ver como se construye poco a poco estas interacciones con los habitantes, y todo lo que pueden brindar ellos a nosotros, para el diseño y la arquitectura y también en la vida misma.